Había en el pueblo un automóvil clásico, azul celeste.
Yo lo veía muy brillante bonito.
Lo manejaba un joven de tez blanca, pelo rubio.
"Era 1970, mis amigos y yo, que éramos estudiantes de la Telesecundaria nos encontrábamos en la avenida Cuauhtémoc, en la esquina de las instalaciones de la Asociación Ganadera para ir a la escuela que se encontraba en el Parque Municipal.
Teníamos la oportunidad de observar ese coche azul y a quien lo manejaba. No había muchos vehículos en esa época.
Alguien nos dijo que se llamaba Francisco y le decían “Pancholín”.
Se reunía con quiénes supusimos que eran sus amigos en el frente de la casa de la señora “Ema Bauza”. A un lado de donde ahora está la tienda “Abarrotes Zago”.
En ese tiempo la tienda era propiedad del señor Nicanor Martínez.
Pancholín era muy educado. Ese joven al llegar saludaba a doña Ema, al señor Rolando Lara; que vivía enfrente, a Don Nicanor Martínez; dueño de la tienda, al señor Rosendo Rocha; a Don Mario y Andrés Reyes y a Doña Venustiana Almora. Todos ellos vecinos del lugar de reunión.
Vivía en la casa grande forrada de azulejos, en donde ahora se ubica el Banco Santander, en la esquina de las calles Cuauhtémoc y Leona Vicario.
Nuestro salón de clases en la Telesecundaria, era una vieja casona con un gigantesco árbol de tamarindo en el patio trasero.
Exactamente ahí, está ahora la casa de Pancholín.
En 1970 Formó una familia con la joven Aracely Solís Galassi, hija del señor José Solís Sánchez y de la señora Ana Bertha Galassi.
De ese matrimonio nacieron Perla Azucena, las gemelas Gladys Arely y Karla Ericka, Francisco de Jesús y la menor Karen Lizeth, quien lamentablemente perdió la vida en un accidente automovilístico en el año 2002.
Tenía dos hermanas, Rosa María y Blanca Estela, sus padres fueron el señor Francisco Ortiz González y la señora Rosa Yorio Lammoglia.
Pancholín Nació en Papantla de Olarte un 20 de noviembre de 1944.
En 1947 la familia Ortiz Yorio se vino a radicar al pueblo de Tihuatlán.
Su padre; Don Francisco Ortiz González se dedicó al comercio y a la ganadería. Y fue presidente Municipal en los años 1955-58.
Francisco de Jesús Ortiz Yorio "Pancholín", se forjó una personalidad emprendedora y visionaria.
Siempre le tuvo un gran amor a su pueblo Tihuateco, que lo vio crecer.
En 1979 fue Electo presidente Municipal por primera vez, (lo sería nuevamente en el periodo 2004-2007) y se dio a la tarea de transformar la Villa y las comunidades del municipio.
Cambió la imagen de Tihuatlán realizando obras de infraestructura necesarias para mejorar las condiciones de vida de los habitantes, mediante un verdadero proyecto de desarrollo.
Pero además rescató la Cultura, de nuestros ancestros con investigaciones y construcción de obras en donde se plasman las costumbres de nuestros antepasados.
Más allá de los grandes logros materiales y sociales, Pancholín será recordado por su personalidad segura, sincera, firme, honesta; pero sobre todo humanista.
Todos lo recordamos como un ciudadano ejemplar, preocupado y atendiendo a los más necesitados, con la labor altruista de su familia.
Tal vez alguna vez no estuviera de acuerdo en algo, pero cuando empeñaba su palabra cumplía como un caballero.
Cuando se construyó la Secundaria Federal Cuauhtémoc en el terreno del antiguo campo de fútbol. No había donde jugar, entonces ante la solicitud de los deportistas, se habilitó un terreno para practicar ese deporte, en lo que ahora es el campo de béisbol “Alfonso Saucedo”.
Empeñó su palabra, hizo el compromiso y ahí tenemos la Unidad Deportiva.
Como éste, miles de ejemplos de un ser humano que vivió para servir a sus semejantes.
El día de ayer 25 de enero nos enteramos con sorpresa y tristeza del fallecimiento de este gran hombre, ejemplo de trabajo y de voluntad de hierro.
Partió al infinito Don Francisco de Jesús Ortiz Yorio.
Honor, gloria y reconocimiento de su pueblo; quien lo reconoce como “El Patrón del Pueblo”.
El Patrón no es el que manda, sino el que se preocupa por el bienestar de sus iguales. Y toda una vida, Pancholín se dedicó a esa tarea.
Fuiste benefactor de un pueblo y tu pueblo no te olvida.
Dios te reciba en su infinita gloria.
Hasta siempre Pancholín. QDEP.
Agradecimiento por su aportación y crónica al C. Gregorio Bustos Serrano
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